Por: Vanessa Restrepo
Promoción Centenario. Cien años
de historias, cien años de vidas y cien años de arduos trabajos. Soy egresada de la Escuela Normal Superior La
Hacienda.
Llena de nostalgia digo que todos
mis docentes eran capacitados para formarnos como “formación de formadores”;
todos eran muy pedagógicos, afectivos, cognitivos y muy conceptuales.
Jamás olvidaré mis clases de pedagogía, aquellas tan anheladas prácticas
docentes, donde entrabas feliz y salías valorando aún más a cada uno de tus
docentes; era un extenso número de actividades prácticas, eran horas de lectura
inagotable y compleja sobre cómo desarrollar
el famoso “plan clase”; recuerdo con mucha claridad que parecía un pollito detrás
de una gallina, mi profesora de pedagogía, Dalgi Porto, preguntando si el
modelo que había desarrollado para las temáticas asignadas era correcto, día a
día me levantaba con la esperanza de que me respondiera , -si mija, está
perfecto- ; pero en realidad volvía y fallaba en el intento y así como yo, era
un sinnúmero de compañeros, fuera de la perseverancia, agradezco a la pedagogía
por haberme ensañado a trabajar con excelencia, la calidad humana, la cátedra
de talento y, además de eso, la calidad y exigencia frente a las
problemáticas.
Aprendí que ser docente es estudio continuo, diario, y renovado, pero
más allá de todo, se coloca en práctica la honestidad y la justicia, el saber
cómo evaluar, los criterios interpersonales que debes tener en cuenta para
evaluar a un docente y para evaluar tu
“evaluación docente“, valga la redundancia;
es allí cuando miras alto y dices valió la pena todo lo que aprendí y
curiosamente dices, tengo métodos, experiencia, no para explotar con los demás,
porque de nada sirve hacerlo con los demás, si no lo colocas tú mismo en
práctica.
Qué rico, Vane, eres una chica privilegiada al haber coincidido tu promoción con el centenario de una institución tan importante como lo es La Normal La Hacienda en la ciudad de Barranquilla. Yo también tuve el privilegio de conocer de cerca sus proyectos PRAES, y fue una excelente oportunidad de crecimiento personal. Lugares como ese me hacen sentir orgullosa de mi tierra
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