viernes, 22 de mayo de 2015

ESA CANCIÓN QUE NO ENSEÑÉ





Tomado de: Javier San Miguel


Había un lugar muy apartado en la ciudad y hacia allá se dirigían un joven profesor lleno de enusiasmo. Cuando empezó sus actividades, invitó a todo el pueblo a cantar en los coros qute él dirigía, muchas canciones enseño. Muchas canciones del folklore fueron apron alejarse. Él les había entregado no sólo una forma de cantar, sino una nueva forma de vivir; endidas. Un día, el joven maestro se tuvo que marchar de esa aldea. Con tristeza le dejarantes de que él llegara, los lugareños sólo se conformaban con escuchar las canciones en la radio, ellos nunca se hubiesen sentido seguros como para cantar a viva voz ante el público. Ahora él se había ido, pero les había dejado un coro y un conjunto folklórico y, por supuesto, muchas y lindas canciones.

Cuando el profesor de música volvió después de 10 años tuvo que reconocer que el pueblo seguía casi igual. Pero no, no era el mismo. Al seguir por el camino de tierra, un hombre estaba cavando una zanja; no parecía cansado. De improviso de puso a cantar y el profesor de música pensó: “Y esa es una canción que no enseñe”. Siguió caminando y más allá una mujer junto a una artesa lavaba y cantaba. Dio unos pasos y una muchachita cantaba mientras regaba unas flores y el maestro para sí mismo se repetía: “Es una canción que no enseñé “. Al llegar a la plaza había un grupo de jóvenes que cantaban alegremente, él nunca había enseñado esos temas. Nadie le reconoció. Nadie fue a saludarlo, nadie le dio las gracias. “Es una canción que no enseñé” se repetía para sí el profesor lleno de asombro. Y su alma se llenó de gozo porque era un maestro de verdad.

2 comentarios:

  1. Noticia: “La sociedad debería poner al maestro en el pedestal que se merece”: Antonio Celia

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  2. Cortar las imitaciones, saber que no se enseña lo mismo dos veces.

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