martes, 26 de mayo de 2015

Mirando a través de los ojos de Savater



Neudith Méndez Rodríguez

En Colombia la educación está en el ojo del huracán.   ¿Será el problema el bajo nivel de los estudiantes? O ¿la calidad del profesorado? Se necesitaría un largo estudio sobre esto pero lo que sí está claro es que cada una de las partes aporta a la calidad de la educación.

Teniendo en cuenta el éxito  educativo de sociedades avanzadas como Finlandia, por ejemplo, observamos que tienen como base la moral y la ética, la responsabilidad y el respeto.  Desde esta mirada el libro el valor de educar es solo una guía para tener en cuenta.

“La vida humana consiste en habitar un mundo en que las cosas no sólo son lo que son, sino que también significan”   en esta frase no solo se  identifica el problema de educación , sí <<problema>> , porque  cuando se habla de esto  solo se hace referencia a  la enseñanza como responsabilidad del profesor  y no como relación profesor- estudiante, como si  los contenidos de enseñanza no fueran los importantes  y la familia no jugara parte en la ecuación.  Pero cómo cambiar esto si se piensa la enseñanza como obligación  y no como el placer de aprender…

 “El niño pasa por dos gestaciones: la primera en el útero materno según determinismos biológicos y la segunda en la matriz social en que se cría, sometido a variadísimas determinaciones simbólicas.   

Cómo mirar esta frase con otros ojos, más que los reales donde vemos que las presiones sociales absorben a los individuos en creciente desarrollo motriz, intelectual y biológico, donde el sinónimo de “avance” hace referencia a la ignorancia y donde la violencia se asocia a algo lejano.

Se debe pensar que las posiciones gubernamentales y  el Ministerio de Educación también juegan un papel importante.  Después de tantos avances aún seguimos viendo la educación como obligación, donde no se enfoca en una enseñanza pluralista como lo es la sociedad en que vivimos  si no en  un derecho meramente  de los bien posicionados, ¿qué irónico, no? Se habla del valor de educar y no le damos valor a la gran labor de los que nos educan. 

lunes, 25 de mayo de 2015

Promoción Centenario: a mucho honor



Por: Vanessa Restrepo

Promoción Centenario.  Cien años de historias, cien años de vidas y cien años de arduos trabajos.  Soy egresada de la Escuela Normal Superior La Hacienda.

Llena de nostalgia digo que  todos mis docentes eran capacitados para formarnos como “formación de formadores”; todos eran muy pedagógicos, afectivos, cognitivos y muy conceptuales. 

Jamás olvidaré mis clases de pedagogía, aquellas tan anheladas prácticas docentes, donde entrabas feliz y salías valorando aún más a cada uno de tus docentes; era un extenso número de actividades prácticas, eran horas de lectura inagotable  y compleja sobre cómo desarrollar el famoso “plan clase”; recuerdo con mucha claridad que parecía un pollito detrás de una gallina, mi profesora de pedagogía, Dalgi Porto, preguntando si el modelo que había desarrollado para las temáticas asignadas era correcto, día a día me levantaba con la esperanza de que me respondiera , -si mija, está perfecto- ; pero en realidad volvía y fallaba en el intento y así como yo, era un sinnúmero de compañeros, fuera de la perseverancia, agradezco a la pedagogía por haberme ensañado a trabajar con excelencia, la calidad humana, la cátedra de talento y, además de eso, la calidad y exigencia frente a las problemáticas. 


Aprendí que ser docente es estudio continuo, diario, y renovado, pero más allá de todo, se coloca en práctica la honestidad y la justicia, el saber cómo evaluar, los criterios interpersonales que debes tener en cuenta para evaluar  a un docente y para evaluar tu “evaluación docente“, valga la redundancia;  es allí cuando miras alto y dices valió la pena todo lo que aprendí y curiosamente dices, tengo métodos, experiencia, no para explotar con los demás, porque de nada sirve hacerlo con los demás, si no lo colocas tú mismo en práctica. 


“Altius” escolar



Por:  Lucía Fruto

Recordar mi infancia y vida escolar me llena de sentimientos encontrados, siento nostalgia pero al mismo tiempo alegría; yo estudié en una escuela dirigida por hermanas salesianas, en la que el rigor disciplinario y exigencia académica primaban, y yo era una niña traviesa, pero muy estudiosa.

En aquella época, a diferencia de ahora, la tecnología no era tan avanzada, lo que permitía que nosotros los niños interactuáramos más con los de nuestra edad, inventáramos juegos por las calles, nos reuníamos a conversar sobre cualquier tema que se diera; y en el ámbito escolar, nos dedicábamos mucho a las tareas, a buscar las maneras de acceder a la información, íbamos a bibliotecas, se indagan libros. Más adelante se dieron los avances tecnológicos, la búsqueda de información se hizo más fácil, aunque había poco acceso a los aparatos, aún recuerdo la emoción que se sentía el tener el primer correo electrónico.

En el colegio, por mi disciplina tuve ciertas dificultades, pero aun así, tuve profesores que me apoyaron y me aconsejaron a lo largo del camino. Recuerdo, aquella profesora de español, Rita Escobar, una mujer con grandes cualidades, excelente docente dedicada a sus estudiantes y a brindarnos la mejor educación; ella siempre estaba acompañándome, haciéndome ver que aunque yo tenía mis falencias era una niña llena de virtudes y fortalezas. Cuando citaban a mi madre, ella le aconsejaba que le diera tiempo al tiempo, que no se preocupe, que yo iba a crecer y ella se iba a dar cuenta el cambio grande que tendría.

Así como tuve esos profesores que me apoyaron, también tuve personas que en mí no confiaban; recuerdo a aquella hermana que me hacia la vida imposible por mi “comportamiento” era como las antenitas de vinil pendiente de todos mis movimientos, para luego llamarme la atención por cualquier cosa que hiciera o lo hacía sin justificación, esto ocasionaba cierta desilusión y tristeza en mí.

A pesar de todo esto, con el tiempo mi comportamiento fue moderándose, entonces ya estaba creciendo, era una señorita que tomaba conciencia de las cosas, actuaba con más madurez; y como dijo aquella profesora: tuve un gran cambio. Yo seguía siendo alegre, pero ya esas travesuras de la niñez y la pre-adolescencia fueron superadas.

En el grado 10 hicimos nuestras olimpiadas marianas que se realizaban en mayo, en honor a la Virgen María, nos llamábamos “Altius”, ensayábamos la revista con entusiasmo, nos caracterizábamos por ser un grupo unido.

En 11 la promoción tomó el mismo nombre de las olimpiadas del año anterior “Altius”; en la graduación me sentí muy orgullosa de mí, por haber terminado satisfactoriamente mis estudios, mis prácticas pedagógicas, y más emoción sentí cuando la misma rectora de la escuela quiso entregarme el diploma.

Quiero resaltar que, como estudie en un colegio normalista, desde primaria nos perfilaban a ser docentes; pero cuando llegábamos al bachillerato ejercíamos la experiencia, aprendíamos pedagogía, y asimismo realizábamos las practicas pedagógicas en la básica primaria de la institución y fuera de esta, donde interactuábamos con niños asumiendo el rol de docentes, con los conocimientos profundos que teníamos de la pedagogía.

Fue una experiencia grata compartir en estas prácticas con los docentes que me formaron cuando era niña, e interactuar con aquellos estudiantes, buscar la forma de llegar a ellos, darles experiencias que les permitieran el aprendizaje significativo y crear lazos de amistad entre ellos y yo. Por todo lo anterior, concuerdo con Don Bosco cuando dijo “la educación es cuestión del corazón”.


Transitando por la educación


Por:
Vanessa Restrepo
Ilenia Barranco
Lucia Fruto   

Es muy significativo darnos cuentas cómo la educación va evolucionando desde la escuela medieval en donde éramos simplemente llamados alumnos, “seres sin luz”, educados de manera estricta, disciplina al pie de la letra.  Esta metamorfosis   pasa a lo que actualmente es la pedagogía, la escuela nueva, donde dejamos de ser “esponjas” capaces de absorber conocimiento y ejemplo de nuestros maestros, a ser estudiantes; seres constructores, propositivos, creativos, educados para la resolución de problemas, conflictos y la mejora de la calidad de vida.


Compartimos con ustedes tres historias, tres vidas, tres vivencias.


Por: ilenia barranco

Los años vividos en la escuela primaria como secundaria, siempre quedarán grabados en la memoria, tanto los buenos como los malos recuerdos.

En la época de mi generación, año 2003, recuerdo ver más interés en los educadores por aplicar disciplina y respeto a ese maravilloso mundo del saber, una época donde los profesores con el simple hecho de pisar la puerta de sus aulas ya se podía sentir el respeto y la autoridad que ejercían, la importancia que tenía el aplicar una prueba evaluativa hasta el final y siempre cumplir con las responsabilidades.  Pero con el pasar de los años podemos mirar cómo ese respeto y autoridad se ha ido perdiendo.

Si me pongo a traer a mi mente valiosos recuerdos, podría recordar de un profesor que siempre estaba muy atento a cada uno de sus alumnos, pendiente de que   entendiéramos la lección dada y lo hacía de una manera divertida utilizando lúdicas  que por medio de juego nos enseñaban.

Así como encontramos maestros que vamos a recordar por sus buenos actos y buen trato, también lo vamos a hacer con aquellos maestros que por sus malos tratos o actos quedan marcados en nuestras mentes; es el caso de mi profesora de geometría que un día nos llamó, a mi hermana y a mí,  “terroristas” por el hecho de ser colombianas y vivir en un país extranjero; o soportar la burla de muchos estudiantes y mirar como algunos profesores no hacían nada al respecto.

Pero no puedo dejar de pasar por alto a mi profesor de francés que siempre se sentaba a compartir con nosotros y a contarnos de sus experiencias en Haití y estaba muy pendiente de cómo nos iba en cada materia y que pudiéramos lograr graduarnos sin ningún problema.

Cada profesor siempre deja una huella marcada en nuestro corazón pues juegan un papel muy importante en el transcurso de nuestras vidas, ya que compartimos la mitad de nuestro tiempo con ellos, desde la etapa de nuestra infancia como lo es en nuestra niñez, adolescencia y sin olvidar el comienzo de esa nueva etapa en nuestra vida, ese escalón tan importante para uno como individuo que da al pasar del colegio a la universidad. 

Pero siempre  tendré un anhelo y esperanza de soñar con mi profesor ideal parecido a mi maestro por excelencia, ese maestro que nos enseña por medio de sus experiencias vividas en este mundo y su amor que brinda a cada persona sin importar los actos que hagan, mi profesor ideal sería ese profesor que se deje guiar por Dios (mi maestro por excelencia) que siempre tenga una mano de ayuda para cada alumno, el que no solo se encarga de enseñarte un tema y ya sino que va más allá  de las pruebas, más allá de una nota, el que sabe que como humano te cansas, te fatigas, que a veces llegaran a tu vida momentos donde no todas las excusas sean una mentira y que siempre va a estar ahí pendiente de su alumno. Ese sería mi profesor ideal.

MI HISTORIA


EMPRENDIENDO SUEÑOS



Shira Cervantes Castillo
Ana Agudelo Arenas
Harlena D Lamarck Fabra

Cierto día de aquel mes de marzo, Alejandro, después de tanto vacilar para levantarse, decidió abrir sus ojos, dio un estirón quebrantahuesos y con ímpetu saltó de la cama; estaba cansado y somnoliento, pensando en aquella regadera, una razón para tomar energía; entonces recordó a sus estudiantes y también su época escolar, su familia y los sueños por alcanzar; decidido, salió de la regadera y en tan sólo minutos estaba listo para enfrentar un nuevo día como el docente Alejandro Cama Pinto de la Universidad de la Costa CUC.
Eran casi las 6:30 am cuando ingresó al parqueadero de la universidad, se dirigió a su aula de clases, divisó la puerta, dio un respiro y con una espléndida sonrisa y un grato saludo empezó su clase como a él le gustaba, de manera jocosa, entretenida, propiciando además el conocimiento con sus estudiantes, observando las respuestas que le devolvían con amabilidad y excelente participación; esto le motivaba más para emprender cada día su labor.
Pero aquella mañana iba a ser diferente.  Su mirada se fijó en la de un joven cabizbajo, que no participaba y se le notaba ansioso; así que el profesor al finalizar la clase, se le acercó con una sonrisa y entabló una conversación; este joven le comentó que se sentía triste, tenía una beca en la universidad y debía alcanzar un promedio, pero estaba presentando dificultades para entender correctamente su asignatura y la de otro profesor; si no lograba recuperarse, era posible que perdiera el semestre. Alejandro preocupado decidió ayudarle, emprendiendo una labor cooperativa, buscando estímulos que lo motivaran a superar sus frustraciones; después gestionó un plan de trabajo y un horario de estudio para su estudiante y así, en las tardes, 3 veces a la semana, le ayudó dándole explicaciones y corrigiéndolo por 2 meses, hasta que su estudiante se convirtió en el mejor de la clase. Haber contribuido a mejorar el proyecto de vida de uno de sus estudiantes, lo llenaba sin duda de múltiples satisfacciones.
Esos son nuestros docentes: personas comprometidas que van más allá de lo que les exige un contrato de trabajo.
Los invitamos ahora a ver otra versión de esta historia en:  https://www.youtube.com/watch?v=0s033zVqIEg  J

¿Cuáles características debe tener el profesor ideal?



Por: Hernan Dario Montaño Calderón
Angely Maria Maury Martínez 

El maestro tiene la difícil tarea de ser un rebelde, no sólo oponerse a lo absurdo del planteamiento educativo sino hacer una propuesta diferente y ejercerla. La tecnificación de la educación no busca sino deshumanizar a las personas para prepararlos y convertirlos en mercancía de compra venta y a legitimar un sistema explotador, salvaje, violento y sobre todo anti educativo. Pero, ¿cómo hace el maestro si el sistema en su conjunto está encargándose de hundirlo en la desgracia para que no sea un “elemento problema”?  Es curioso de que los maestros, las personas que han asumido el reto de humanizar una sociedad deshumanizada, estén arrojados a la vergüenza y a la tristeza, tristeza de cargar en sus espaldas una sociedad indiferente con su labor. 



Si uno es consciente de la sociedad en la que vive no existe ningún motivo para ser feliz, lo valioso es escaso, lo que se quiere perpetrar es la mala calidad en todas las esferas. Por eso el maestro es un rebelde, porque se mantiene alegre, alimentándose de su entorno y a la vez contagiando a los demás. Desafía al orden triste establecido. Pero su alegría no es un carnaval bufón, sino una alegría integral, salida de lo profundo de sí, que osa transformar su entorno. El maestro goza de la libertad de su fuerza y del placer que le ofrece la posibilidad de luchar para transformar radicalmente, no solo retocando algunas partes, sino completamente todo un sistema que se opone a la educación que busca humanizar. 



Por esto el maestro debe mantenerse atento, despertando ese espíritu de lucha por lograr una comprensión del mundo más crítica que conformista y más innovadora que acomodada. Se necesita más que dejar caer el peso de la culpa a los maestros, se necesita una mejor atención y disponibilidad de recursos a estos, se necesita transformar el sistema en su conjunto, la crisis de la educación está íntimamente ligada a las crisis de las demás esferas. No hay crisis en la educación, el actual sistema es una pelota fétida llena de problemas, para satisfacer las necesidades de un gremio, se debe saciar todas las necesidades. Pero esto no se logrará en un sistema que crea explotados, y pretende hundir en la miseria cada vez más a la sociedad, incluyendo a sus educadores.  


Ser Maestro: ¡más allá de un compromiso en el aula!



Por: Viviana Fernández Hernández


¿Ser Maestro como opción o vocación?  ¿Ser Maestro por empleo o amor?

Estos interrogantes rodean mi mente al traer a la memoria comentarios o expresiones de muchos que ejercen esta profesión diciendo frases a modo de: “estoy como profesor porque es la herencia recibida por mis padres, hay que seguir con el negocio”; “no quedé en otra carrera y la única opción fue la docencia”.

Y continúo debatiéndome en mis incógnitas: ¿qué será de nuestra generación si está en manos de “Maestros” como los antes planteados?  ¿qué será de nuestros pequeños?  ¿Dónde estamos dejando nuestro presente y nuestro futuro?

Como bien menciona el respetado escritor Fernando Savater en su libro El valor de educar: cuando le demos la prioridad necesaria a la educación mucho habremos avanzado.

Y es que esta situación dejaría de ser un problema si por lo menos existiera un compromiso más allá de lo básico, porque un compromiso va más allá de simplemente cumplir una labor asignada, un compromiso es iniciar una relación con algo, teniendo amor, responsabilidad, entrega y hasta terminando en negarse a sí mismo, negarse lujos y tiempo por darle prioridad a dicho compromiso.

Cuando un maestro ama, tiene vocación y va más allá de un aula de clase, este experimenta que estar comprometido y aun negarse a sí mismo se convierte más que en un compromiso en un completo placer y deleite.

No es simplemente dictar una clase, transmitir un conocimiento, entretener a un estudiante. No, querido maestro; ¿o podría llamar maestro a quien lleva a cabo esta hermosa profesión como una simple opción de trabajo?

NO TODO PROFESOR ES MAESTRO



Por: Maria José Arévalo

Un profesor, es esa persona que entra en el salón de clases, saca un marcador, escribe en el tablero, y dicta la lección del día a sus estudiantes. Al terminar se despide y sale del salón; y así todos los días, ese es su trabajo.

Un maestro, es aquel cuya vocación es enseñar, transmitir sus conocimientos a los demás, no solo esos temas que se encuentran en un libro de texto, o eso que aprendió en la universidad, sino toda la sabiduría que adquirió durante sus años de vida, sean muchos o pocos. Esta persona, se convierte en una guía, y se gana el cariño, respeto y admiración de quienes reciben sus enseñanzas; son para nosotros, sus pupilos, personas inteligentes, interesantes, comprometidas, positivas, confiables; te inspiran a imitar su forma de ser.

Aquella persona que tiene el orgullo y la fortuna de llamarse maestro, dedica su vida, a dar su tiempo, energía y talento, para asegurar un brillante futuro a sus estudiantes. Esta profesión es una misión de gente noble, es ser un portador de alegría y un sembrador de valores en los futuros hombres de nuestro país.

Aniquilar el miedo, la ignorancia; aconsejar a sus estudiantes, convertirse en una segunda madre o segundo padre, son otras de las funciones que un maestro adquiere gracias al amor que le tiene a la que ha escogido como su profesión.

Se debe valorar mucho a estas personas, ya que no todo el mundo tiene la capacidad de adquirir estas virtudes, de amar como sus hijos a quienes no lo son, de desarrollar un nivel de empatía a tanto nivel. No todo el mundo tiene la paciencia de educar, ni sentir el fracaso de otro como tu propio fracasa, porque cuando un estudiante falla, el maestro siente que también lo hace, y esto a su vez le da más empuje para superarse así mismo, hasta alcanzar el éxito; no todo el mundo puede ser un maestro.

Por una Colombia EDUCADA


Por: Saúl Romero Gutiérrez

El gran problema de Colombia es que los padres están tan ocupados en sus actividades, cualquiera que sea la forma de sostenimiento familiar, que le pasan esta responsabilidad a los colegios. Pero los colegios están tan enfocados en salir bien en las pruebas de calidad y en las estadísticas, que simplemente se enfocan en educar a sus alumnos en lo que más “importa” las ciencias, lenguaje, matemáticas, en fin. Y se olvidan que los valores, civismo, cultura, ética y moral, aspectos que deben ir de la mano para poder formar ciudadanos íntegros que le sirvan a la sociedad.

Los padres están tan ocupados que muchas veces ni ven a sus hijos, es por eso que poco a poco los niños o los jóvenes van sustituyendo ese espacio con otras actividades, hobbies, o amistades, lo que aparentemente es bueno porque no se sentirán solos pero en muchos casos esto trae consecuencias negativas puesto que se vuelven anti sociales, adictos a los videojuegos, el internet; pero en muchos casos va mas allá, las malas amistades los influyen a consumir drogas y alcohol y todo esto es consecuencia de la ausencia de una figura tan importante como la de los padres, que son los principales formadores de la personalidad de sus hijos y son los primeros influyentes en su educación y en este caso así van creciendo huérfanos de afecto. 

Pero mientras que los niños van “creciendo” solos, la educación en los colegios no puede ser más inicua, y es que son muchos los factores que hacen que esto pase; por ejemplo, en pleno siglo XXI todavía muchos profesores son los que dan las clases magistrales pero se olvidan que la participación debe ser global por parte de los estudiantes para llegar a acuerdos, o conceptos comunes y hacer más entendible las clases, no es solo copiar y pegar, sino desarrollar nuevos pensamientos, ideas o conceptos comunes o individuales. 

Pero además a esto se le suma que muchos de los estudiantes están tan acostumbrados al uso inoficioso de la tecnología , que cuando los maestros comienzan a incluir en sus clases ese tipo de tecnología, no les llama la atención o simplemente no les gusta, y además muchos no son capaces de desempeñarse bien en la utilización de la tecnología por razones tan simples como la falta de equipos en casa.

La clave de la educación está en la participación. Pero no solo existen problemas en los métodos tan antiguos de los profesores, sino que además el gobierno cree que la educación se mejora ampliando la cobertura, es decir, meter más alumnos en un salón de clases pero sin invertir en Infraestructura lo que provoca hacinamiento, sobrecupo, y lo que no propone un ambiente de clases para nada digno o a favor de la educación. Pero a pesar de los “esfuerzos” del gobierno por mejorar la cobertura de la educación, son millones de jóvenes y niños que no tienen la oportunidad de estudiar o al menos recibir una educación básica y es esta falta de preparación o de oportunidades lo que provoca una avalancha de desocupados que son arrastrados por las malas compañías, las pandillas o los vicios y que más adelante se convierten en los nuevos delincuentes, asesinos, ladrones, secuestradores, violadores, o criminales del país.

Puedo decir que esta crisis va mucho más allá de lo económico o de las políticas gubernamentales, sino que por falta de compromiso por parte de los que se encargan de la parte más importante, la de darle a los hijos la connotación de “Humanos” es decir de hacerlos personas, personas de bien que contribuyan para el desarrollo de la sociedad. Estamos acostumbrados a conseguir trabajo hablando con el amigo del primo, de pasarle dinero al policía para que no nos multe, de pasarnos el semáforo en rojo, de ser indiferentes hacia la situación de los demás, de botar la basura en cualquier lugar y hasta de agredirnos entre hermanos. No podemos encontrar la paz de todo un país, cuando ni siquiera somos capaces de respetarnos nosotros mismos, y menos respetar al otro. Es hora de entender que la educación no es solo ciencia, sino que también valores, civismo, cultura, ética, que deben ser impartidas de cierta manera para garantizar que no se quede en las palabras o los escritos, sino que se lleve a la práctica, de esa manera podremos ser un país de menos corruptos, con menos violencia y sumergido en un cambio social que garantice el desarrollo, el progreso y la igualdad de nuestro pueblo.

CONSTRUYAMOS UNA HISTORIA CON MIL ROSTROS



POR:  ELIAS  ALGARIN ESCALANTE
ELIANA BENAVIDES MORON   
ILIANA HERNÁNDEZ BARCELÓ 

La profesión del docente es tal vez una de las más sufridas y menos retribuidas que existe. Tener que lidiar con  los compartimientos de los estudiantes; con las inconformidades que estos presentan cuando son evaluados; tener que repetir una, dos, tres, cuatro y hasta cinco veces para que los estudiantes entiendan el tema a tratar; sumando los compromisos que se contraen si se tiene una familia propia. Para ser docente se necesita un excelente control del estrés.

Sin embargo a pesar de los muchos aspectos negativos que tenga el ser docente en nuestro país, ellos siguen ejerciendo su profesión porque  creen plenamente en que la educación es el mejor camino para un futuro lleno de oportunidades y con una buena calidad de vida. Son aquellos profesores que van dejando huellas en sus estudiantes, y sin importan el tiempo que haya transcurrido esas huellas permanecen.

Es a esos profesores que queremos dedicarle esta celebración, a esos profesores que sobrepasan las barreras y los limites por dejar  un buen aprendizaje. Que gracias a sus estrategias pedagógicas y a sus dinámicas clases hacen que los estudiantes se interesen por seguir adquiriendo nuevos conocimientos y aprendizajes.

La Universidad de la Costa CUC cuenta con una variedad de docentes que ejercen con calidad su profesión y que cumplen con las cualidades antes mencionadas. En honor  a ellos, y gracias a la iniciativa y la guía de nuestra docente Mónica Flórez Crissién, se  ha decidido llevar a cabo este blog con profesores de la misma universidad llamada “construyamos una historia con mil rostros”.  
Dos de los docentes escogidos son: Rubén Darío Hernández Burgos y Joseduardo Jiménez Díaz.  
En el caso del profesor Joseduardo nos impactó el ver lo mucho que está comprometido con sus estudiantes y su entrega hacia ellos. Con él tuvimos la oportunidad de presenciar una de sus clases y pudimos apreciar su metodología pedagógica, la cual es única. Empezó su clase con una oración por las víctimas del terremoto en Nepal y posterior a eso los alumnos realizaros exposiciones que a su vez eran retroalimentadas por el profesor. 

Con respecto al profesor Rubén, pudimos apreciar la humildad y la sencillez con la que trata a sus estudiantes, colocándose muchas veces en el nivel de ellos para establecer un lazo de amistad que proporcione confianza al estudiante y así facilitar sus procesos de aprendizaje.

El proceso de las entrevistas fue de mucho agrado, ya que al realizar una actividad interdisciplinar permite la integración de los compañeros y ayuda a la mejora de habilidades sociales.

La enseñanza, base fundamental para el aprendizaje


Por: MileidysAmador Otero 
Dalgis Andrade Evertz 
Giselle Cervantes Hernández 
Ener Sofía Zambrano Mario 

Tiempo atrás se tenía una visión del profesor como alguien dominante, tirano y dueño del saber, aquel que transmitía a sus estudiantes un reverendo temor. Al pasar del tiempo aquella imagen del profesor tirano queda atrás; hoy en día el maestro no sólo enseña a sus estudiantes sino que también aprende de ellos.

Tuvimos la oportunidad de conocer más de cerca a dos de esos profesores, cumpliendo con una actividad de la clase de Construcción textual: María Cadrazco Saavedra docente del área de Finanzas y Relaciones Internacionales, quien nos abrió las puertas de su corazón, y de su valioso tiempo, para que accediéramos a explorar un poco de su vida.  Una persona muy segura, confiada, extrovertida, dispuesta, y además poseedora de una gran capacidad de expresión no solo en su habla, sino también en su lenguaje gestual; al interactuar con nosotras, ella expresa que la responsabilidad, el liderazgo y el emprendimiento son los tres factores claves para la excelencia. 

Por su parte Esperanza Díaz Arroyo, docente encargada del área de Administración de Servicios en Salud, confiesa que el camino de la enseñanza, fue motivado por su temor al pánico escénico, ya que el miedo e inseguridad en sí misma, no le permitía tener libertad de expresión frente a los demás;  sin embargo, nunca desistió y dio una dura batalla contra el temor que la limitaba. Hoy en día, las competencias, habilidades y destrezas adquiridas le han permitido llegar a ser una de las profesoras mejor evaluadas por sus estudiantes.  En sus clases fomenta la tolerancia, respeto, trabajo en equipo, orientación al logro, comunicación directa, para identificar su capacidad de análisis e interpretación, incentivando a sus estudiantes para que estos despierten el interés por las clases y así eviten el pánico escénico.

Los educadores presentan virtudes que los hacen únicos y especiales, sus técnicas de cuestionar permite a los estudiantes desarrollar el pensamiento crítico, sin dejar de estar atentos a aquellos estudiantes que necesitan tal vez un mayor acompañamiento, una mayor tolerancia para que alcancen los niveles cognitivos  necesarios.
Realmente esta fue una experiencia fascinante, mágica, innovadora y creativa, el hecho de poder interactuar con los docentes nos dio paso para conocer detalladamente sus pensamientos, actitudes, aptitudes, sus expresiones corporales, su léxico y hasta detalles mínimos de su vida, cosas que sinceramente apreciamos y quedaran impregnadas en nuestro corazón y diario vivir.

Enseñar es dejar huellas


Por:  Mariluz Baena Rivera
Keyla Andrea Muslaco Mendoza
Angelica Maria Rochel Ochoa

¿Quién no ha pasado por el majestuoso universo del aprendizaje? Ese difícil e interesante mundo en donde conocemos, comprendemos, captamos nuevos saberes y hasta nos desesperamos a veces; ese espacio que nos provee experiencias enriquecedoras. Para todo este maravilloso proceso de aprender existen personas que nos facilitan el camino; la magnitud que tienen ellas en nuestras vidas, es más grande de lo que se alcanzan a imaginar.

Por eso, cuando la profesora Mónica Flórez nos propuso ser parte de este proyecto de los “Mil rostros de la docencia”, no dudamos en aceptarlo; lo que no sabíamos era que íbamos a tener el privilegio, de trabajar con  los maestros de nuestra propia Facultad, la de Psicología.  Eso nos llenó de una gran motivación y empuje porque además, podíamos conocer algo más acerca de esta hermosa profesión: ellos son los Psicólogos Gabriel Valencia Zapata y Claudia Idárraga Cabrera, dos profesores totalmente diferentes, compartiendo una misma pasión, con un solo objetivo, marcar huellas del saber en lo más profundo de nuestro ser.

Y fue precisamente esa diferencia que encontramos, lo que nos permite concluir que los hace a cada uno de ellos realmente únicos y especiales. Están aquellos maestros que nos transmiten en cada una de sus clases una gran alegría, como es el caso del profesor Gabriel Valencia Zapata, quien es uno de los profesores con los cuales uno como estudiante se puede sentir muy a gusto debido al ambiente de alegría que su personalidad irradia; en su rostro se dibuja una espléndida y contagiosa sonrisa; la sonrisa es un buen método de motivación para cada uno de sus estudiantes, pues no hay nada más placentero que aprender felizmente, del mismo modo, para este maestro debe ser mucho más satisfactorio realizar su labor sabiendo el gran impacto que está dejando al terminar cada una de sus clases a sus estudiantes.

En el camino de aprender también nos podemos encontrar con maestros que parecieran que su segundo nombre fuera “responsabilidad”, esos maestros que preparan sus clases semanas antes, que nunca se les olvida un examen pendiente y que siempre están  instruyendo nuevos saberes. Claudia Idárraga es una de esas maestras totalmente comprometida con su trabajo, el gran amor que tiene por su profesión es tan grande que siempre supo lo que quería hacer con su vida, contribuir con la sociedad, y lo ha logrado hacer con cada uno de sus estudiantes al intentar dejar huellas para así forjar y crear conocimientos en cada uno de ellos.

A estos extraordinarios maestros les queremos reconocer su excelente labor realizada hacia los estudiantes, invitándolos a que sigan así de comprometidos y apasionados en cada una de sus clases; “Trabajar duro por algo que no nos interesa se llama estrés, y trabajar duro por algo que amamos se llama PASIÓN”, estos dos profesores tienen muy claro este concepto, pues no podemos desconocer que dan lo mejor de ellos lo mejor cada una de sus clases.

domingo, 24 de mayo de 2015

EL ARTE DE EDUCAR


POR: 
Castillo Londoño Eliana del Mar 
Pérez Padilla María José 
Vanegas Meza María Del Carmen



“Dar amor, constituye en sí, dar educación”; queremos empezar con esta cita de Eleanor Roosevelt, ya que los maestros día a día no sólo nos enseñan aquello que esté relacionado con su área, sino que también nos orientan, contienen, apoyan, comprenden, estimulan nos enseñan a que debemos ser libres pensadores, a combatir contra la ignorancia que rodea este mundo y darnos una nueva perspectiva, no lo de lo que queremos ser, si no de lo que queremos demostrar, que hay un camino para todo y para todo problema siempre hay una solución, en donde debemos dar todo de nosotros aunque no se merezca ni la menor preocupación. 

Absurdamente, ya no se valora como antes la figura del docente pero sí se les exige la mejor formación de las generaciones futuras. Ante esta situación nosotras como estudiantes y representantes de las nuevas generaciones sabemos que muchos maestros de vocación ignoran estos señalamientos y siguen dando día a día lo mejor para contribuir a la formación integral de nosotros, sus alumnos. Por esto es bueno recalcar que la educación es un derecho no una empresa, de igual forma ser maestro va más allá de un trabajo, de un título o de un cargo y por ende no agota cuando se practica de vocación. Es la elección de una forma de vida que se asume desde la labor diaria, las exigencias, la lucha, el agotamiento, la esperanza y la alegría de hacer lo que han elegido ser. Muchos maestros y a la vez estudiantes, han luchado por una educación donde nos obliguen a pensar y no a obedecer, maestros que entienden que la educación es la única salida de la ignorancia en la que estamos reprimidos.

Por todo lo anterior, tener la oportunidad de entrevistar a la profesora Lizeth Rodríguez Potes, una educadora en la facultad de arquitectura, fue no solo una experiencia gratificante, a la vez fue descubrir un nuevo mundo, una de sus frases fue: -“no pensé que estaría convocada para esta situación, es una de la cosas más gratificantes de ser maestra”-


Una mujer amable, llena de espíritu, positiva ante cualquier situación y que en toda su carrera ha dado una respuesta que pocos creerían ser la definitiva, una persona la cual crea lazos con sus estudiantes y que enseña cómo puede ser la vida más allá de la universidad, con dos importantes  reconocimientos en su carrera como son: Proyecto finalista Premio Corona Pro-Arquitectura, Fundación Corona - de 2003 y Tesis Meritoria, Corporación Universidad de la Costa CUC – Abril de 2014.  Esto nos habla de su vasto conocimiento, de su experiencia, una maestra en todo el sentido de la palabra.



Finalmente, queremos aprovechar la oportunidad para expresar a nuestros maestros que cuando nos hacen un llamado de atención o nos aplican una sanción, sabemos que lo hacen con la intención de corregir una conducta que a su juicio es equivocada y también que muchas veces les duele colocarnos anotaciones negativas o aplazarnos.

Lorena y Samara: la pasión por enseñar




Por: 
Angie Ahumada John
Daniela Gutiérrez Bandera
Mileydis Romero Montes


“El docente es un facilitador del aprendizaje, más que un profesor, es el acompañante del estudiante por el camino de la vida universitaria, que les brinda la preparación para lograr ser excelentes profesionales en su proyecto de vida, ayudándole  no solo a desarrollar sus competencias sino a crecer como personas íntegras evaluando de manera justa y administrando eficientemente su función educadora” (Modelo Pedagógico CUC).


Lorena Martínez López y Samara Romero Caballero se constituyen en dignos ejemplos del rol que debe cumplir un docente en la sociedad actual.  Las describimos como mujeres apasionadas en su labor, entregadas, luchadoras, que han encontrado en la docencia esa realización personal y profesional; es notorio el gran interés que tienen en aportar a la formación de sus estudiantes, siempre visionadas desde su niñez hacia esta labor, con mucho amor y entrega, reconociendo que llevan en sí una serie de valores, actitudes, conocimientos, destrezas y junto a su saber, la pasión que tienen por enseñar, aceptando que para enseñar nunca se deja de aprender y sus fuentes de aprendizaje son sus mismos estudiantes, que día a día las motivan a seguir con su labor .


Para ellas, el derroche de la creatividad es muy importante en el aula de clases, ya que fomenta el interés en los estudiantes para con el tema dado, y la gran empatía que tiene con éstos, recrea un ambiente de retro alimentación en sus enseñanzas; tanto ellas como sus aprendices adquieren nuevos conocimientos constantemente, admitiendo que la tarea tan compleja que es el ser docente y la responsabilidad que ésta conlleva; ya que la sociedad espera mucho de los profesionales que se están formando por medio de la educación o bases  que los maestro le brindan, teniendo en cuenta que cada estudiante es diferente, con realidades totalmente distintas, que tienen intereses y problemas distintos, y el docente debe cuidar no solo la parte de conocimiento sino a la persona como tal;  el maestro debe así lograr responder a las necesidades de cada estudiante sin importar lo distinto que sea;  en resumidas cuentas, como reza frase, “la educación es cuestión del corazón”… 


Nuestro homenaje y felicitación a los maestros CUC que son hoy los maestros del futuro.


Vocación de Maestra


Por: Marena Isaza Cantillo
Mildred Peña Muñoz 
Isabela Vargas
Estudiantes de Psicología

El docente es un educador competente, facilitador del aprendizaje.  Es el profesional de la educación que acompaña al estudiante en su tránsito por la vida universitaria. Es un educador por excelencia, que brinda la oportunidad a los estudiantes de aprehender el conocimiento, desarrollar sus competencias y crecer como persona.  El docente es un planificador de procesos educativos, un orientador de procesos de enseñanza – aprendizaje, un evaluador justo del aprendizaje, un administrador eficiente de su función educadora, un facilitador de ambientes y mediaciones educativas y un amigo respetuoso de los integrantes de la comunidad educativa.” Modelo pedagógico CUC

Al decidir conocer aspectos de la vida de la docente catedrática Aída Huyke Taboada con mayor profundidad, descubrimos todos los requerimientos de esta exigente labor, sobre todo cuando se desea tener un perfil personal eficiente y que además sea coherente con lo que se vivencia en el aula de clases. Es necesario apropiarse de múltiples virtudes como lo son el respeto, la paciencia, principalmente el amor y  la dedicación; todo esto porque el docente tiene el papel de guía, instruye a sus estudiantes y no solo mediante el discurso sino también siendo ejemplo de vida. 

Cuando tuvimos el privilegio de compartir una charla con la maestra Aida, nos dió a conocer el secreto para desenvolverse en el campo laboral, una mezcla o integración de orden, disciplina y esfuerzo. Una de sus expresiones fue “la receta para que a uno le vaya bien  en la vida es el hacer las cosas con amor, por corto que sea el tiempo que le dediques a algo, si lo haces porque “toca” seguramente no vas a obtener excelentes resultados”.

Percibimos la pasión con la que ejerce su labor, la manera como se explica es muy sencilla y la forma de expresarse es bastante espontánea. En cuanto a su personalidad podríamos decir que se caracteriza por ser estratégica, ya que se basa en sus propias experiencias, por ejemplo las obtenidas en su empresa “Industria de Vinagre y Alimentos de la Costa LTDA“ y las emplea como herramienta de enseñanza al momento de educar a sus estudiantes, lo cual germina en ellos una visión positiva hacia ella; esto lo logramos captar mediante una encuesta realizada a un grupo de sus estudiantes.


Su principal motivación para seguir creciendo y salir adelante, son su hija y la docencia misma “cuando a uno le gusta lo que está haciendo, constantemente encuentra motivaciones para seguir haciéndolo”, cuando los estudiantes le muestran agradecimientos y resaltan sus virtudes como docente, o cuando le hacen simples detalles como un chocolate o sencillamente cuando percibe en sus rostros ese gesto positivo indicando la comprensión del tema propuesto.


Asevera que independientemente de la profesión que se ejerza, debe haber una constante actualización, investigación de nuevos conceptos y disposición para aprender de los demás, inclusive confesó que al  observar el interés de los estudiantes frente a los gestos presentes en las exposiciones de un compañero, decidió apropiarse de dichos gestos, enriqueciendo así su clase y metodología. Mencionó con mucha sinceridad también, alguno de sus temores, el cual es no estar al día respecto a la información que manejan sus estudiantes.


Esta experiencia que vivimos al recolectar la información acerca de la profesora nos anima a valorar más la labor docente, teniendo así un modelo a seguir para nosotros los futuros profesionales, a comprender la importancia de poner en práctica esos valores que son los que nos caracterizan y nos hacen marcar la diferencia frente a los demás, permaneciendo en nosotros ese interés por resultados más que cuantitativos, cualitativos. El ser personas íntegras, mantener un equilibrio entre lo laboral, tener dominio de la profesión que se ejerce y en  lo personal, tener en cuenta la ética, la moral, es lo que nos hace competentes en esta sociedad que se vuelve cada vez más consumista y  exigente.  Como afirma Fullan, M.H.: “La docencia es una profesión emocionalmente apasionante, profundamente ética e intelectualmente exigente, cuya complejidad solamente es vivida por quienes solemos poner el cuerpo y el alma en el aula.” 

Una historia: múltiples rostros


¿Profesores?  Muchos.  Los hay de todos los tamaños, formas, genios y figuras.  Unos te llegan más, otros quizás menos, pero siempre aprendes de ellos.  Seres especiales que te acompañan en ese proceso de formación que nunca acaba.  Cuando creías que ya no iba más, entonces te inventan maestrías, doctorados, postdoctorados y demás…

Éste es un blog de la clase de Construcción Textual de la Universidad de la Costa CUC, realizado con estudiantes de primer semestre de la Facultad de Psicología, a propósito de tanto paro, crisis y celebraciones.   Un homenaje a nuestros queridos maestros.  Una invitación a la iniciativa, creatividad y dinamismo de nuestros estudiantes.

He aquí una muestra de los mejores trabajos (según la subjetividad de esta maestra J).  Espero lo disfruten.

Profesora Mónica Flórez Crissién – Comunicadora Social -Periodista

Humanizando a través de la lectura y la escritura


viernes, 22 de mayo de 2015

ESA CANCIÓN QUE NO ENSEÑÉ





Tomado de: Javier San Miguel


Había un lugar muy apartado en la ciudad y hacia allá se dirigían un joven profesor lleno de enusiasmo. Cuando empezó sus actividades, invitó a todo el pueblo a cantar en los coros qute él dirigía, muchas canciones enseño. Muchas canciones del folklore fueron apron alejarse. Él les había entregado no sólo una forma de cantar, sino una nueva forma de vivir; endidas. Un día, el joven maestro se tuvo que marchar de esa aldea. Con tristeza le dejarantes de que él llegara, los lugareños sólo se conformaban con escuchar las canciones en la radio, ellos nunca se hubiesen sentido seguros como para cantar a viva voz ante el público. Ahora él se había ido, pero les había dejado un coro y un conjunto folklórico y, por supuesto, muchas y lindas canciones.

Cuando el profesor de música volvió después de 10 años tuvo que reconocer que el pueblo seguía casi igual. Pero no, no era el mismo. Al seguir por el camino de tierra, un hombre estaba cavando una zanja; no parecía cansado. De improviso de puso a cantar y el profesor de música pensó: “Y esa es una canción que no enseñe”. Siguió caminando y más allá una mujer junto a una artesa lavaba y cantaba. Dio unos pasos y una muchachita cantaba mientras regaba unas flores y el maestro para sí mismo se repetía: “Es una canción que no enseñé “. Al llegar a la plaza había un grupo de jóvenes que cantaban alegremente, él nunca había enseñado esos temas. Nadie le reconoció. Nadie fue a saludarlo, nadie le dio las gracias. “Es una canción que no enseñé” se repetía para sí el profesor lleno de asombro. Y su alma se llenó de gozo porque era un maestro de verdad.